El consumismo es el sobreconsumo de recursos naturales, productos, bienes o servicios, más allá de las necesidades básicas de una persona. La cultura del consumismo se deriva del sistema capitalista y la industrialización. A partir del siglo XX, a las personas se les ofrecen más productos y servicios, lo que invita a comprar de manera acumulativa.
La conducta desmedida del consumo puede ser frecuente u ocasional, resaltando la siguiente clasificación: cuando solo se hace en épocas especiales, como son las fiestas decembrinas; un consumismo experimental, al comprador le interesa el funcionamiento de un nuevo producto y quiere probarlo antes que cualquiera; el consumismo habitual, el cual se practica de manera recurrente; y el extraordinario, cuando se realizan compras nerviosas ante un hecho inesperado, como fue la pandemia de Covid-19.
Actualmente, lo vemos en la manera de incitar a las personas a comprar a través de facilidades de pago, por ejemplo, compras a crédito y cupones. Además, la vigencia de la publicidad, con estos fines, la cual mantiene informada a las personas sobre los productos y promociones vigentes. En los últimos años, los artículos son cada vez de menor calidad, lo que le exige al consumidor comprar frecuentemente. Y algo que es muy importante mencionar, es la presión social que crea el deseo de adquirir otro producto o servicio.
Esta acción también la hemos llevado a la práctica con el uso desmedido de recursos naturales como el agua, la cual de acuerdo con Naciones Unidas su escasez afecta a más del 40 % de la población mundial. Tal es el caso que nuestra demanda de recursos y servicios ecológico que se ha llegado a establecer el día de la sobrecapacidad en donde se hace un llamado a la sociedad mundial a hacer un alto a satisfacer sus demandas las cuales nos llevan hacia una crisis climática y destrucción de la naturaleza.
Todas estas acciones tienen consecuencias sociales, ambientales y económicas. Entre las sociales se encuentra la cultura del individualismo, que justifica el hecho de consumir lo que satisfaga los deseos particulares. Sin embargo, este deseo no es solo de uno mismo, sino que existe una presión por comprar aquello que todos tienen. Asimismo, obedece a la aspiración de ascender y pertenecer a un estatus social en específico. No obstante, hay también quienes buscan diferenciarse del resto a través de la adquisición de bienes.
La búsqueda de la felicidad ha sido una de las principales causas de la conformación de una sociedad consumista y una grave crisis social, debido a que con el fin de cubrir una carencia en la mayoría de los casos emocional, las personas recurren al consumismo cuyos efectos de satisfacción son momentáneos por lo que inmediatamente aparece una sensación de vacío en la persona, que provoca que siga en la búsqueda de nuevos productos; todo esto lleva ha dejar de lado lo verdaderamente valioso, que no tiene un precio económico y lo podemos encontrar en las relaciones sociales sólidas y armónicas con los otros a través de la familia, amigos y consigo mismo.
Por otro lado, los efectos ambientales del consumismo recaen en el uso excesivo de los recursos para generar los productos. Por ejemplo, la ganadería industrial tala bosques y destruye ecosistemas para instalar pastizales que alimentan el ganado, la industria de la moda rápida utiliza materiales y mano de obra precarizada para producir ropa en masa y ofrecer precios bajos, así como cambian las tendencias constantemente, lo que hace de las prendas ropa desechable y contaminante. Por su parte, el modelo de producción tecnológico se rige por la obsolescencia programada, la cual diseña productos con una vida corta que obliga a los consumidores a sustituirlo comprando otro. Por si fuera poco, muchos de estos productos integran plástico, el cual es producido a base de combustibles fósiles.
Desafortunadamente, muchos de estos productos no son biodegradables o tienen envases diseñados para un solo uso por lo que son desechados rápidamente. De acuerdo con Naciones Unidas medio ambiente a nivel mundial se generan 10 mil millones de toneladas de residuos urbanos, número que va en aumento, convirtiéndose en un gran reto la disposición adecuada de ellos desde su traslado y confinamiento, el cual conlleva un gasto para la administración pública. Sin olvidar que hay casos de quema de residuos que provocan gases contaminantes al ambiente, e incluso muchos de ellos llegan a los ambientes naturales afectando gravemente estos ecosistemas y en consecuencia a nuestra salud.
En cuanto a las consecuencias económicas, muchas familias pierden sus ahorros por endeudamiento a causa del consumismo. Asimismo, solo las empresas industrializadas son capaces de satisfacer a un mercado voraz como el actual, lo que perjudica a las microempresas.
Por lo que es necesario cambiar e incluir prácticas más sustentables en nuestra vida diaria, siendo una propuesta la económica circular que es un nuevo modelo económico que se basa en eliminar residuos y contaminación, mantener productos y materiales en uso, así como regenerar sistemas naturales.
La cual, nos brinda posibles soluciones y acciones individuales que contribuyen a cambiar esta cultura consumista. Por un lado, las empresas pueden motivar a sus clientes a llevar estilos de vida más sustentable, en donde consuman menos, pero de una mejor calidad. Por otro lado, las personas pueden reducir sus desechos y optar por hacer compras conscientes, siempre que sea posible, adquirirlas de proveedores locales y sustentables.
¿Comprar o no comprar?
Te compartimos una propuesta de diagrama que te ayudará a decidir.
Referencias
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