Los residuos sólidos urbanos (RSU) son generados en casas habitación o en centros de trabajo como resultado de la eliminación de los materiales que se utilizan en actividades domésticas (como los productos de consumo y sus envases, embalajes o empaques, etc.), establecimientos o vía pública con características domiciliarias, y los resultantes de las vías y lugares públicos siempre que no sean considerados como residuos de otra índole.
En México, según la cifra más reciente publicada en el Diagnóstico básico para la gestión integral de los residuos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) en 2020, la generación de RSU per cápita calculada fue de 0.944 kg/hab/día y la generación total de residuos en el país se estima en 120,128 t/día. El 31.56% corresponde a residuos susceptibles de aprovechamiento, el 46.42% a residuos orgánicos y el 22.03% a “otros residuos”. En la UANL en el año 2013 se puso en marcha el Programa de Separación y Reciclaje de Residuos (PROSER) el cual consiste en que cada dependencia segrega sus residuos con características reciclables en contenedores destinados para ello, para posteriormente ser llevados a reciclaje y teniendo como objetivo principal el concientizar a los estudiantes y personal docente y administrativo, maximizar el aprovechamiento de los recursos y prevenir o reducir los impactos al ambiente.
Durante el año 2022 se han recolectado 190.14 toneladas (t) de material reciclable (aluminio, plástico, papel y cartón) lo que ha representado importantes beneficios ambientales entre los que destacan un ahorro de energía de 803,251 kWh y 5,378,326 L de agua, entre otros.