Los RME son aquellos generados en los procesos productivos o de servicios, que no reúnen las características para ser considerados como peligrosos o como residuos sólidos urbanos, o que son producidos por grandes generadores de residuos sólidos urbanos de acuerdo a la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR). De acuerdo al diagnóstico básico para la gestión integral de los residuos (SEMARNAT 2012) se generan anualmente 84 millones de toneladas (Mt) de 14 corrientes de RME anualmente y las cifras van al alza.
El mundo está experimentando una importante era de transformación digital, con tecnologías que influyen de manera importante en la forma en que vivimos, trabajamos, aprendemos, socializamos y hacemos negocios. Cada vez más personas poseen y utilizan múltiples dispositivos electrónicos, y la creciente interconectividad de áreas urbanas y remotas ha provocado un aumento en el número de dispositivos vinculados a Internet. Dado lo anterior se ha visto un aumento considerable en la cantidad de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Sin embargo, la generación de RAEE y la tasa de recogida y reciclaje no sigue el ritmo de este crecimiento. De acuerdo al “Global E-waste Monitor” en 2022 en el mundo se generaron 62 billones de kg de RAEE, un promedio de 7.8 kg per cápita, del cual solo el 22.3 % se documentó como correctamente recogidos y reciclados. Los RAEE generados en 2022 contenían 31 billones de kg de metales, 17 billones de kg de plásticos y 14 billones de kg de otros materiales (minerales, vidrio, etc.).
Una de las características principales de los RAEE es que contienen sustancias (plomo, cadmio, mercurio, cromo y compuestos orgánicos persistentes) que por sus propiedades pueden causar efectos tóxicos en la salud y al medio ambiente si no son manejados adecuadamente. Asimismo poseen sustancias con un alto valor económico (paladio, oro, plata, cobre, rutenio, indio, etc.) que pueden ser recicladas y reincorporadas como materia prima para nuevos productos. Un grupo de sustancias peligrosas contenidas en los RAEE, son los retardantes de flama halogenados, como son los bifenilos polibromados (PBB), bifenilos policlorados (PCB) y los éteres de polibromodifenilos (PBDE). Dichos compuestos fueron incorporados al Convenio de Estocolmo (CE) en el año 2009, en el cual México y otros 180 países forman parte del mismo. Además del PBDE, el enfoque de las buenas prácticas abarca otros contaminantes significativos potencialmente presentes en los RAEE, constituidos en primera instancia por diferentes metales pesados, por ejemplo, plomo, mercurio, cadmio, entre otros; así como las denominadas tierras raras y otros elementos como berilio, antimonio, entre otros. Existen otras categorías de contaminantes como las sustancias agotadoras de la capa de ozono, o bien gases clasificados como de efecto invernadero. Por lo general, estos contaminantes se encuentran de manera particular y prácticamente limitada a una categoría de RAEE, representada por los equipos intercambiadores de calor como son los refrigeradores y los equipos suministradores de aire acondicionado, entre otros conteniendo clorofluorocarbonos (CFC) e hidroclorofluorocarbonos (HCFC). El manejo ambientalmente adecuado de RAEE debe contemplar evidentemente la consideración con un enfoque integral de todos los contaminantes presentes en ellos, así como su máximo nivel de aprovechamiento, dichos contaminantes se presentan en la siguiente tabla:
En 2023, ochenta y un países (42% de todos los países en el mundo) han adoptado políticas o legislaciones sobre RAEE. En México, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), ha desarrollado Normas Oficiales para controlar la gestión de dichos residuos, por ejemplo, la NOM-161-SEMARNAT-2011 que establece los criterios para clasificar a los Residuos de Manejo Especial y determinar cuáles están sujetos a Plan de Manejo; el listado de los mismos, el procedimiento para la inclusión o exclusión a dicho listado; así como los elementos y procedimientos para la formulación de los planes de manejo. Así mismo, se cuenta con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos que les requiere a los generadores de residuos de manejo especial contar con planes de manejo. La legislación en México se basa en el principio de responsabilidad compartida, es decir, se involucran a todas las partes interesadas: productores, exportadores, comercializadores, consumidores, empresas de gestión de residuos.
Los RAEE en muchas ocasiones son desechados de forma inadecuada, lo que puede favorecer la producción de lixiviados que liberan sustancias químicas tóxicas las cuales podrán filtrarse a través del suelo y llegar a contaminar los mantos acuíferos y por lo tanto dañar nuestro organismo al beber agua contaminada con metales pesados, los cuales en altas cantidades pueden provocar graves efectos en la salud tales como:
Por lo anterior, la UANL a través de la Secretaría de Sustentabilidad (SS) realizó una campaña de reciclaje electrónico en el mes de octubre de 2023 en la cual se recolectaron 21.06 toneladas de RAEE, contando con el valioso apoyo de varias dependencias como centros de acopio, además en esta ocasión se tuvo la participación de la empresa Walt MART la cual colocó un centro de acopio en una de sus tiendas.
En la siguiente gráfica se muestra los porcentajes de los diferentes tipos de Residuos Electrónicos recolectados en dicha campaña.
Con el reciclaje de las cantidades anteriormente mencionadas se obtuvieron importantes beneficios ambientales tales como:
Los residuos una vez recolectados por un prestador de servicios autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente del estado, son llevados a centros de acopio en donde son clasificados en grupos y separados en sus diferentes componentes. Por ejemplo, el plástico es llevado a recicladoras locales para ser incorporado como materia prima para la elaboración de nuevos productos tales como juguetes y tarimas; el cobre y el aluminio se envían a una fundición nacional para la elaboración de cable eléctrico, tubería de cobre, rollos de aluminio, etc., por último, las tarjetas electrónicas y fuentes de poder se envían a empresas extranjeras en donde los metales preciosos entre otros materiales son recuperados para ser incorporados a otros ciclos productivos para la elaboración de celulares, vistas de autos, abanicos, plumas, etc. Dado lo anterior, los residuos generados en la UANL siguen un modelo de economía circular como se muestra en la siguiente figura:
El monto económico recaudado en la comercialización de los materiales recolectados en las campañas de reciclaje electrónico es utilizado para otorgar el Premio al mejor proyecto de sustentabilidad donde pueden participar alumnos inscritos, profesores y personal administrativo que se encuentren laborando en la UANL. La convocatoria se realiza de forma anual. El proyecto debe destacar la importancia en alguno de los ámbitos de la sustentabilidad: social, económico o ambiental y su impacto en la comunidad universitaria. En la edición 2023 el ganador del premio fue la Facultad de Arquitectura con el proyecto “Pabellón universitario para el desarrollo psicoemocional sustentable de la comunidad UANL” y en la edición 2024 el ganador fue la Facultad de Ciencias Químicas con el proyecto titulado “Green in Mind”. Dichos premios fueron entregados por el Dr. Sergio Fernández Delgadillo, Secretario de Sustentabilidad de la UANL, al equipo ganador de cada edición, esto durante la 14ª y 16ª Reunión de Enlaces para la Sustentabilidad, respectivamente.
Los residuos generados a partir de los aceites y grasas vegetales y/o animales usados en la preparación de alimentos, son una de las principales causas de contaminación de aguas superficiales y subterráneas, debido a su vertido incontrolado. Se estima que un litro de aceite usado puede contaminar de 1,000 a 10,000 litros de agua produciendo obstrucciones, malos olores y la proliferación de plagas en los sistemas de desagüe y/o alcantarillado. Incluso puede perjudicar también al suelo afectando gravemente su fertilidad al alterar su actividad biológica y química.
Dado lo anterior, la UANL promueve un programa de recolección de aceite vegetal generado en las cafeterías que operan dentro de los Campus, para que posteriormente sea recogido por una empresa especializada en el ramo como lo es SONNE energéticos S.A. de C.V.
En el periodo enero 2023 a junio 2024, se recolectaron 31.26 t de aceite vegetal provenientes de cafeterías que operan distintas dependencias universitarias, para ser reciclado y ser posteriormente utilizado en productos amigables con el ambiente en la industria química y en biocombustible. Actualmente se tiene un avance del 43% en la instalación de trapa de grasas y aceites en las cafeterías de la UANL para dar cumplimiento a lo estipulado en las Normas Oficiales Mexicanas NOM-002-ECOL-1996 “Límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de agua residuales a los sistemas de alcantarillado urbano o municipal” y NOM-251-SSA1-2009 “Prácticas de higiene para el proceso de alimentos, bebidas o suplementos alimenticios”.
La trampa de grasas y aceites retiene por sedimentación los sólidos en suspensión y por flotación el material graso, cuenta con dos compartimentos, ambos separados por una rejilla de acero inoxidable encargada de no dejar pasar sólidos. En el compartimento más grande, por donde llegan los líquidos con sólidos disueltos, la grasa se separa al ser más liviana que el agua. Por el otro compartimento va a salir el agua “limpia”.
Contar con trampa de grasas y aceites permite evitar consecuencias como:
A partir de mayo de 2021, la UANL participa en el programa Planet Partners de HP Inc., en la cual los cartuchos devueltos de tinta y tóner originales se recolectan y envían a instalaciones de reciclaje en Estados Unidos. Estas instalaciones tienen autorización total y cumplen con los requisitos de ISO 14001 e ISO 9001. Todos los cartuchos pasan por un proceso de reciclaje de múltiples fases. Estos se convierten en materias primas que se pueden utilizar para fabricar productos nuevos de plástico y metal, como los cartuchos HP. Cualquier material remanente se desecha o procesa en forma responsable a través de procesos de recuperación de energía. En el periodo de tiempo enero 2023 a junio 2024 se dispuso un total de 797.50 kg de cartuchos de tóner y tinta vacíos en el programa ya mencionado.