Los Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) son dispositivos que dependen de corrientes eléctricas y campos electromagnéticos para que realicen un correcto funcionamiento, y que, al ser descartados o desechados por el propietario o usuario se convierten en Residuos de Aparatos Eléctricos y electrónicos (RAEE), también conocidos como e-waste o Waste Electrical and Electronic Equipment (WEEE) por sus siglas en inglés. Una de las características principales de los aparatos eléctricos y electrónicos es que contienen sustancias (plomo, cadmio, mercurio, cromo y compuestos orgánicos persistentes) que por sus propiedades pueden causar efectos tóxicos en la salud y al medio ambiente si no son manejados adecuadamente. También poseen sustancias con un alto valor económico (paladio, oro, plata, cobre, rutenio, indio, etc.) que pueden ser recicladas y reincorporadas como materia prima para nuevos productos. Un grupo de sustancias peligrosas contenidas en los RAEE, son los retardantes de flama halogenados, como son los bifenilos polibromados (PBB), bifenilos policlorados (PCB) y los éteres de polibromodifenilos (PBDE). Dichos compuestos fueron incorporados al Convenio de Estocolmo (CE) en el año 2009, en el cual México y otros 180 países forman parte del mismo.
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Además del PBDE, el enfoque de las buenas prácticas abarca otros contaminantes significativos potencialmente presentes en los RAEE, constituidos en primera instancia por diferentes metales pesados, por ejemplo, plomo, mercurio, cadmio, entre otros; así como las denominadas tierras raras y otros elementos como berilio, antimonio, entre otros. Existen otras categorías de contaminantes como las sustancias agotadoras de la capa de ozono, o bien gases clasificados como de efecto invernadero. Por lo general, estos contaminantes se encuentran de manera particular y prácticamente limitada a una categoría de RAEE, representada por los equipos intercambiadores de calor como son los refrigeradores y los equipos suministradores de aire acondicionado, entre otros conteniendo clorofluorocarbonos (CFC) e hidroclorofluorocarbonos (HCFC). El manejo ambientalmente adecuado de RAEE debe contemplar evidentemente la consideración con un enfoque integral de todos los contaminantes presentes en ellos, así como su máximo nivel de aprovechamiento, dichos contaminantes se presentan en la siguiente tabla:
Placa de circuito impreso |
Pueden contener cadmio y otros metales peligrosos como cromo, plomo, mercurio, berilio, zinc y níquel. Además, en estos se utilizan a menudo retardantes de llama bromados y trióxido de antimonio. |
Pantallas de cristal líquido, LCDs |
Las LCDs utilizadas en teléfonos móviles y monitores de computadora de pantalla plana, pueden contener mercurio. |
Tubos de rayos catódicos, CRTs |
Contienen plomo en el cono de vidrio y sulfuro de cadmio/zinc/itrio en el recubrimiento fluorescente. |
Baterías
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Metales pesados como el plomo, mercurio y cadmio están presentes en ciertas baterías. |
Cubiertas de plástico |
Los plásticos a menudo contienen retardantes de llama halogenados, muchos de los cuales son peligrosos. La combustión de los plásticos y los retardadores de llama halogenados pueden producir sustancias tóxicas. Además, a menudo se agrega antimonio para mejorar la retardancia de la llama. |
Componentes, como interruptores |
El mercurio es usado en lámparas fluorescentes y ha sido históricamente utilizado en termostatos, sensores, relés e interruptores, por ejemplo, en placas de circuitos impresos. |
Soldadura |
Puede contener plomo, estaño y otros metales. |
Cableado interno y externo |
A menudo está recubierto de PVC que comúnmente contiene numerosos aditivos, incluidos compuestos de metales pesados y suavizantes como los ftalatos. La combustión de PVC puede producir sustancias tóxicas. |
Semiconductores |
La industria de semiconductores usa retardantes de llama bromados en el material de encapsulación plástica. |
El aumento a nivel global del consumo y la producción de AEE (los cuales cuentan con un ciclo de vida relativamente corto) tiene como consecuencia un gran incremento en la generación de RAEE. En el 2016 se estimó que globalmente se generaron 44.7 millones de toneladas (Mt) de RAEE, y se calcula que para el 2021 la cifra aumentará a 52.2 Mt, lo que equivale a un crecimiento mundial del 4.20% de RAEE anualmente. En el continente americano se generaron 11.3 Mt de RAEE, ocupando México el tercer lugar de generación por debajo Estados Unidos y Brasil. Durante el año 2015 se estimó que en México se generaron alrededor de 1.1 Mt de RAEE, pronosticando además que para el 2021 la cifra podría ser de 1.22 millones de toneladas y para el 2026 de 1.35 Mt, lo que significa un incremento anual del 2.18%.
Dadas las implicaciones ambientales, sociales y económicas, y aunado que la corriente de RAEE va en aumento, se pone de manifiesto la urgente la necesidad de diseñar soluciones a la medida del contexto mexicano y las características de los RAEE para asegurar un manejo adecuado, desde el modelo de la Economía Circular. Con esto, se busca contribuir al ciclo de desarrollo positivo continuo para optimizar los recursos y procesos, como se muestra en la siguiente figura: